Victimología moderna o interaccionista

 Surge lo que llamaremos la Victimología moderna o interaccionista, influida por el movimiento internacional en favor de las víctimas, principalmente a finales de los setenta, y apoyada por los Congresos Internacionales de Victimología, celebrados desde 1973, y por la Encuesta Internacional sobre Victimización, auspiciada por las Naciones Unidas .

     En 1967, el estadounidense Schafer invierte, en su obra Victimología, el título de von Hentige identifica los dos problemas centrales de esta disciplina: la contribución de la víctima al delito y su posterior reparación.

     El interés revivido por la víctima se entiende por Schafer como una señal de la suavización de la orientación formalista-individualista del Derecho penal, abriéndose a un “entendimiento universalista del delito”. Para este autor: “El Derecho penal y la Criminología universalistas dirigen su atención a lo que podríamos llamar provisionalmente la ‘responsabilidad funcional’ del delincuente -y quizá también de la víctima-, más que a la acción o conducta criminal aislada” (1977, 24).
 
   A lo largo de este texto se citarán una serie de teorías que tratan de explicar determinados fenómenos relacionados con aspectos concretos de los procesos de victimización y desvictimización (teoría del mundo justo, de la impotencia aprendida, etc.). En este apartado, sin embargo, nos centraremos en teorías que pretenden ser más ambiciosas como marcos teóricos más amplios desde los que estudiar dichos procesos de forma global.

  Walklate distingue, dentro de esta Victimología moderna, la Victimología realista o constructivista -influida por la Criminología realista de izquierdas y que utiliza las encuestas locales de victimización con carácter explicativo, más que descriptivo-, de la Victimología crítica -que enfatiza la posibilidad de resistencia frente a la opresión, de ahí el empleo del término “supervivientes” para referirse a las víctimas; no olvida los delitos económicos ni el ámbito privado; hace uso del método deconstructivista, estableciendo relaciones micromacro y sincrónicas-diacrónicas; y se centra en una noción colectiva y pluralista de la ciudadanía, más allá del individualismo- (1992).

  La Victimología realista ha impulsado las encuestas de victimización locales, inicialmente en el Reino Unido, en las que se pone de relieve la medición del sentimiento de inseguridad, la preocupación por la democratización de la policía y la protección de los grupos vulnerables (Young 1988). La vulnerabilidad se relaciona con el concepto de victimización múltiple, reiterada o revictimización. A su vez, ello se conecta con la incidencia, prevalencia y concentración delictivas. La incidencia se refiere al número de hechos delictivos por la población de riesgo. La prevalencia al número de víctimas dentro de la población de riesgo, y la concentración al número de victimizaciones por víctima. Estas nociones cobran significado práctico en el diseño actual de programas policiales efectivos de reducción de la criminalidad dentro del concepto de prevencion situacional donde se incluyen los llamados mapas de la victimización.

  La Victimología realista se ha nutrido de los modelos teóricos basados en la oportunidad o elección racional, concretamente, en la teoría del estilo de vida de Hindelang, Gottfredson y Garofalo (1978) y en la teoría de las actividades rutinarias de Cohen y Felson (1979), si bien han ido más allá de las variables sociodemográficas para centrarse, de forma más profunda, en cuestiones estructurales que afectan a la victimización.



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